Entre desigualdades y nuevos desafíos

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es una organización Internacional fundada en 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, por 51 países que se comprometieron a mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar entre las naciones relaciones de amistad y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida y los derechos humanos.

La Carta fundamental le asigna competencias, entre ellas, que la Organización puede adoptar decisiones sobre un amplio espectro de temas y ser el escenario de negociación de sus 193 Estados miembros a través de la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, entre otros Órganos y Comisiones (página web ONU).

El pasado lunes 5 de febrero de 2024, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo presentó el documento: Escenarios de cambios: entre desigualdades y nuevos desafíos, elaborado por Ricardo Fuentes y Lucía Madrigal.

Dada la importancia del documento, deseamos expresar algunos elementos que nos permitan motivar la lectura y análisis, no solo de las Instituciones del Estado, sino de las organizaciones sociales como gremios, asociaciones, sindicatos, ya que el mismo contribuye a la discusión y nutre a las y los integrantes de dichas organizaciones en la elaboración de sus políticas, estrategias y acciones a seguir.

El documento está dividido en: 1. Desarrollo humano y desigualdades presentes y futuras en Panamá, 2. La paradoja del crecimiento con desigualdades y baja cohesión social en Panamá, 3. Las dinámicas que reproducen las desigualdades en Panamá, 4. Las oportunidades y amenazas del cambio tecnológico, 5. Un medio ambiente sano y recursos naturales para todos, en el presente y el futuro y 6. Conclusiones.

El documento define la cohesión social como los lazos que se tienen como sociedad, los cuales se fundamentan en relaciones recíprocas, respetuosas y generosas entre personas, con instituciones estatales y organizaciones sociales e indica que la intensidad de esos lazos dependería de tres dimensiones: i- La dimensión estructural de inclusión social, entendida como brechas sociales y económicas, ii- la dimensión gobernanza, definida como la confianza en la democracia y en el carácter plural e inclusivo de las instituciones y organizaciones (en su concepción y en su empeño específico), iii- La dimensión cultural de pertenencia en el sentido de comunidad de las personas, en la confianza entre ellas con las instituciones.

Panamá, con las dinámicas de las desigualdades existentes, deberá enfrentar estas tendencias globales con soluciones locales que aceleren trasformaciones estructurales que cierren brechas de desigualdades entre las personas, entre territorios.

El documento señala entre las acciones emblemáticas la lucha contra la pobreza y desigualdad, la resiliencia, la conservación del medio ambiente y la igualdad de género.

También nos indica que a pesar de que la participación laboral de la población total mayor de 15 años ha aumentado en los últimos años y se encuentra por encima del promedio de la región (66%, mientras que en América Latina se sitúa en 62%), la participación femenina en la fuerza laboral ha disminuido en el mismo periodo. Además, el empleo por cuenta propia, el empleo vulnerable y las y los trabajadores familiares auxiliares han aumentado. Igualmente la proporción de jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años que ni trabajan ni estudian ha pasado del 16% al 19%. Gasparini y Cruces (2021) han calculado que una mujer en Panamá percibía en el año 2018 un salario por hora, un 25% inferior al de un hombre con las mismas características observables.

El documento nos va indicando los distintos aspectos donde se marcan con claridad las desigualdades. Así se indica la desigual e injusta distribución de los cuidados y trabajos domésticos no remunerados entre hombres y mujeres. Conforme a la única encuesta del Uso del tiempo en Panamá (INEC 2011), los hombres dedicaban 14.2 horas al trabajo no remunerado y las mujeres 29.9 horas, siendo que las mujeres panameñas dedican 9.2 horas más a la semana a los trabajos domésticos y de cuidados sin remuneración, que los hombres en el país, lo que dificulta su posibilidad de entrar y sostenerse en el empleo formal. De hecho, conforme al INEC (2022), el principal motivo por el cual la población femenina no busca trabajo es por atender otras actividades familiares. Además, existe una diferencia significativa por razones de género entre las personas aseguradas. Siendo que para el 2022, del total de personas aseguradas, cotizantes activas en la Caja de Seguro Social, (CSS), el 61% correspondía a hombres y el 39% a mujeres (INEC,2022).

Agradezco al equipo dirigido por María del Carmen Casaca, representante del PNUD en Panamá, por la presentación de este documento, por razones de espacio no podemos señalar otros aspectos importantes, les invitamos a leerlo.

La autora es educadora y Secretaria General de la CGTP

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