Han transcurrido 140 años en que Thomás Alva Edison construyera la primera lámpara incandescente. Hecho este que revolucionó la sociedad de la época. Todos estos aportes, dados a la sociedad han contribuido al mejoramiento de las condiciones de vida de la población. Panamá es un país que ha tenido la fortuna de tener ríos en ambas vertientes, la del Atlántico como la del Pacífico.
La existencia de éstos ríos ha permitido la construcción de represas generadoras de hidroeléctricas como AES - Panamá; Estí y Estrella Los Valles y Fortuna en Chiriquí; Bayano en Chepo; de allí que cerca del 60% de la energía que se genera proviene del uso del agua y la otra es por el uso del petróleo.
La mayor cantidad de energía usada en Panamá es por la existencia de nuestras aguas represadas para obtener energía. Las comunidades aledañas a los ríos fueron trasladadas a otros sitios, para realizar la represa así sucedió en el Bayano, que aún hoy comunidades como Loma Bonita, La Gavilana, Wacuco las familias siguen con diferentes dificultades para el uso de la tierra.
Durante la administración del Sr. Ernesto Pérez Balladares 1994-1999, quien llevó a fondo las políticas neoliberales, fueron privatizadas instituciones fundamentales para el país como lo fue: IRHE, INTEL, LOS PUERTOS, LOS INGENIOS, CEMENTO BAYANO, eliminó las jubilaciones especiales, el SNEM, entre otros, todo bajo el ‘discurso' de la ineficiencia del Estado para administrar las instituciones públicas, el mantenerlas se decía, nos haría quedar rezagados. Nuestro vecino Costa Rica, los trabajadores y el pueblo en general se opuso a la privatización, con movilizaciones y la energía eléctrica no fue privatizada. En cambio nosotros, hemos y estamos pagando una de las energías más caras, un servicio ineficiente, con apagones permanentes. Por ejemplo en comunidades como Las Palmitas en la ciudad de Las Tablas, moradores han denunciado que desde marzo de 2017 a la fecha, la luz se va a las 6:00 p.m. y regresa a las 12:00 p.m. todos los días; hace unos años atrás, 16,000 pollos murieron producto de los apagones, a lo que el Sr. Caicedo les denominó pollos mártires. En Arraiján y las comunidades adyacentes todas las semanas se les va la luz y ante denuncias de los moradores por los daños a sus artefactos, se les ponen mil y un requisito para reconocerle dicho artículo dañado. Ni hablar de los apagones que se han dado a nivel nacional.
¿Cuántas comunidades no cuentan con energía eléctrica, en una sociedad que cada día requiere de este servicio?
Los ríos represados en las áreas indígenas y campesinas no han beneficiado a éstas comunidades, la gran mayoría no cuenta con energía eléctrica.
Panamá tiene 400,000 personas pobres, 585,000 viven de la economía informal, el 33% de las escuelas oficiales del país no tienen luz eléctrica, y el Gobierno Nacional ha incrementado el aumento del consumo a la energía. En un país tropical húmedo con temperaturas cada vez más altas, estos aumentos le niegan el derecho a la población trabajadora – pobre a tener siquiera un abanico.
El Presidente ha dicho que el aumento no afectaría al 28% de la población que consume menos de 300 kw/h. Eso no es cierto. El aumento lleva al incremento del costo de vida. El sector empresarial hará recaer en los consumidores ese aumento, que a ellos le corresponde. Así lo han hecho siempre, cuando se dio el ajuste al salario mínimo también lo traspasaron a la población. Todos los productos serán aumentados desde la sal hasta el agua. Nuestro país con un crecimiento económico de 5,3%, se cuenta en el sexto lugar de la peor distribución de la riqueza. En Panamá son las/os trabajadores quienes más aportan con sus impuestos al fisco Nacional.
El aumento representa una disminución del salario real de las y los trabajadores, quienes ya no aguantan ni un aumento. Todos los días aumentan los precios a los productos de primera necesidad.
Se requiere que todos los sectores en unidad exijan al gobierno nacional que vuelva a asumir todo el ciclo que implica la generación, transmisión y distribución de la energía eléctrica que se renacionalice nuestra energía. El dinero producto de la corrupción debe ser utilizado para renacionalizar esta empresa, que jamás han debido ser privatizada.
Señor Presidente el hecho que los educadores hayamos logrado un ajuste a nuestros salario, que por justicia y dignidad nos corresponde, luego de muchas calles caminadas, no significa que se nos esquilme el derecho legítimo a poder luchar hoy contra el injusto y criminal aumento a la energía eléctrica a la población panameña.
SECRETARIA GENERAL CENTRAL GENERAL AUTÓNOMA DE TRABAJADORES DE PANAMÁ
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